A modo de preámbulo

Hace apenas seis décadas que los tranvías dejaron de ser el principal medio de transporte público con que contaba La Habana. Entonces unas treinta líneas eran servidas por cientos de carros eléctricos que recorrían diariamente miles de millas por toda la ciudad, enlazando áreas residenciales con parques industriales, hoteles con centros nocturnos, mercados y centros comerciales con escuelas y repartos. La vida iba a la par del tranvía. Paraderos, plantas eléctricas, estaciones y oficinas, eran elementos de un paisaje urbano desgraciadamente llamado a desaparecer...

Todo esto fue el tranvía. Raíles que horadaron calles y avenidas que llegan, inutilizados, a nuestros días, cables aéreos entretejidos en tupida red de cobre y bronce, ruidos y silencios sumergidos en la historia de los barrios y sus habitantes, huella arquitectónica, histórica y cultural reflejo de los ritmos trepidantes de la modernidad...

En esencia, un aval más que suficiente para ser recordados por todo lo que hizo por nuestra ciudad...

miércoles, 5 de octubre de 2011

Recuerdos del tranvía eléctrico: accidentes.

El arribo del tranvía eléctrico a La Habana en el año 1901 fue recibido con cierto recelo por la población. Andaban a "grandes" velocidades, -desconocidas hasta el momento en un medio de transporte urbano, además no todos habían tomado un tren-, pasando peligrosamente cerca de aceras y puertas calles, y aunque anunciaban su paso con gritos y campanillazos los conductores y motoristas, era posible encontrarse con un traseúnte distraido dispuesto a "armar" la reyerta...si salía con vida. Decía el notable intelectual Emilio Roig de Leuchsenring, primer Historiador de la Ciudad, que en sus primeros años de funcionamiento los tranvías dejaron una estela de accidentes de tránsito, -la mayoría sin desenlaces fatales-, que se fueron multiplicando con el tiempo, cuando aumentó tanto el número de carros en circulación como la población capitalina. Ello puede ser constatado con las cifras de siniestros que reportaba anualmente la Havana Electric Railway and Company (HER), la empresa estadounidense que los administró durante toda su existencia.

Con el deterioro gradual de la infraestructura tranviaria, producto del  descuido "intencionado" de la gerencia y las exigencias de la explotación, -cables, postes  y carros eran los elementos más afectados-, los accidentes fueron más propensos a ocurrir, sobre todo en aquellas avenidas de importancia vial y en las intersecciones de las calles. Según recoge el poeta Nicolás Guillén en una de sus poco conocidas crónicas urbanas, del año 1950, Parálisis progresiva del tranvía, "el tendido de alambres para los trollies ha cedido bajo la acción demoledora de los años y ya no hay viaje sin accidente. Los cables caen a diario, enroscados sobre las calles como finas serpientes, y duranre horas y horas permanence el tránsito paralizado, en medio de las cuchufletas e ironías de quienes ante el humillante espectáculo aún se muestran con ánimos de reir". 

Muchos años después, aún en La Habana se sigue teniendo recuerdos de los tranvías y sus accidentes, esos oscuros momentos de un servicio de trasnportación pública que "fabricó" la ciudad. José (Pepe) Vásquez, profesor universitario y hombre de vida, me habló una vez sobre ello: "De esos personajes inolvidables que lo acompañan a uno en los años iniciales me sigue la imagen de “Papín”. Como “Narciso el Mocho”, el inolvidable papalotero de Silvio, hacia las delicias de los niños de la cuadra con sus papalotes, que regalaba una vez terminado y que eran verdaderas joyas artísticas y gráciles en el vuelo. Nunca tuvo apodos, era simplemente “Papín”, siempre sentado en la puerta de su casa haciendo papalotes o tejiendo redes y atarrayas, su otra especialidad que tanto influyó en mi vocación pesquera. En realidad, y al igual del papalotero de la canción, pudo llamarse “Papín el cojo”: En su juventud había perdido una pierna al caer accidentalmente bajo un tranvía, cuento que nos repetía interminablemente para que evitáramos los nuevos monstruos de cuatro ruedas que no sólo cercenaban piernas sino que además, mataban".


1 comentario:

  1. Hola Railsferradures,
    los tranvías de La Habana tenían doble trole, a diferencia de la mayoría de las ciudades del mundo que los tuvieron (o tienen) en uso. ¿Las causas?: según el gobierno estadounidense de ocupación (1899 - 1901), los carros de la ciudad tendrían doble trole para evitar que las excesivas lluvias y las nubes de polvo típicas de los climas tropicales evitaran el contacto del raíl con el carro y se produjeran fallos en el suministro de energía. Esta parece ser la causa, en los Estados Unidos sólo había una gran ciudad con un sistema similar, Cincinnati, aunque habría que hacer un estudio más profundo.
    un abrazo y gracias por escribir

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