A modo de preámbulo

Hace apenas seis décadas que los tranvías dejaron de ser el principal medio de transporte público con que contaba La Habana. Entonces unas treinta líneas eran servidas por cientos de carros eléctricos que recorrían diariamente miles de millas por toda la ciudad, enlazando áreas residenciales con parques industriales, hoteles con centros nocturnos, mercados y centros comerciales con escuelas y repartos. La vida iba a la par del tranvía. Paraderos, plantas eléctricas, estaciones y oficinas, eran elementos de un paisaje urbano desgraciadamente llamado a desaparecer...

Todo esto fue el tranvía. Raíles que horadaron calles y avenidas que llegan, inutilizados, a nuestros días, cables aéreos entretejidos en tupida red de cobre y bronce, ruidos y silencios sumergidos en la historia de los barrios y sus habitantes, huella arquitectónica, histórica y cultural reflejo de los ritmos trepidantes de la modernidad...

En esencia, un aval más que suficiente para ser recordados por todo lo que hizo por nuestra ciudad...

jueves, 9 de abril de 2015

Autos nuevos y tranvías viejos...


La Habana es en términos de autos antiguos, un museo rodante. Por sus calles circulan todos los días infinidad de modelos de la Ford, Chevrolet, Cadillac y Dodge, entre otros, de los años treinta, cuarenta y cincuenta del siglo pasado. Buena parte del servicio de taxis en la ciudad es asumido por estos "carros viejos", que se resisten a desaparecer.
Los automóviles fueron introducidos en Cuba a finales del siglo XIX. Contrario a lo que pudiera pensarse, fueron autos europeos y no estadounidenses los primeros en llegar. De hecho, no fue hasta el año 1902 cuando arribó desde los Estados Unidos un Locomobile movido a vapor. Los tranvías por su parte, llegaron un poco antes, en el año 1900, durante el periodo de administración militar estadounidense (1899 - 1902). Para 1913 había un millar de autos circulando en todo el territorio nacional, aunque la mayoría lo hacía en la capital. En ese mismo año estaban en servicio en La Habana unos 150 carros eléctricos.

Uno de los primeros automoviles traidos a Cuba. Se trata de un Oldsmobile de gasolina, el llamado "Curved Dash", producido en serie en los Estados Unidos desde 1901 hasta 1907. Era un modelo abierto, con un solo cilindro, 5 caballos de fuerza, capacidad para dos pasajeros y un costo en su época de unos 650 dólares.
Para principios de los treinta del siglo XX los autos tuvieron mucha más presencia. Los precios de venta habían ido disminuyendo con los años, se construyeron nuevas carreteras como la Central (1931) y se promovía cada vez más la imagen del auto particular para la familia que proporcionaba placer, libertad y sentido de bienestar. El transporte tranviario iba, al mismo tiempo, en descenso. No se hacían muchas inversiones en infraestructura ni se añadían nuevos vagones al servicio público. Puede afirmarse que en Cuba también el éxito de los automóviles se basó en la caída del tranvía.

Un viejo tranvía , el número 240, pasa junto a varios autos nuevos de manufactura estadounidense, en la década del cuarenta del siglo XX. Dos medios de transporte con diferentes concepciones tecnológicas, económicas, sociales y culturales. Entonces en esos tiempos los autos eran nuevos, circulaban modelos "del año", los mismos que hoy tienen más de seis décadas de explotación. El tranvía desaparecería. Los autos no.