A modo de preámbulo

Hace apenas seis décadas que los tranvías dejaron de ser el principal medio de transporte público con que contaba La Habana. Entonces unas treinta líneas eran servidas por cientos de carros eléctricos que recorrían diariamente miles de millas por toda la ciudad, enlazando áreas residenciales con parques industriales, hoteles con centros nocturnos, mercados y centros comerciales con escuelas y repartos. La vida iba a la par del tranvía. Paraderos, plantas eléctricas, estaciones y oficinas, eran elementos de un paisaje urbano desgraciadamente llamado a desaparecer...

Todo esto fue el tranvía. Raíles que horadaron calles y avenidas que llegan, inutilizados, a nuestros días, cables aéreos entretejidos en tupida red de cobre y bronce, ruidos y silencios sumergidos en la historia de los barrios y sus habitantes, huella arquitectónica, histórica y cultural reflejo de los ritmos trepidantes de la modernidad...

En esencia, un aval más que suficiente para ser recordados por todo lo que hizo por nuestra ciudad...

miércoles, 28 de mayo de 2014

Un presidente, un tranvía, un periodista...

Estamos en el año 1929. Diciembre. Es presidente de la República Gerardo Machado y Morales. Machado por el apellido de parte padre y Morales solo de nombre. Su llamado "cooperativismo", política que abogaba por la "unión" en el legislativo de los poderes bajo su liderazgo, ya no cumple con las expectativas de la oposición.
Está sucediendo, como recuerdan aún muchos venerables ancianos, el paso al Machado malo represor y autoritario de un Machado bueno General de las guerras de Independencia (había nacido en 1871), constructor de capitolios y carreteras. Varias personalidades, partidos e instituciones políticas de diversos sectores como los profesionales, estudiantiles, intelectuales y obreros comienzan abiertamente a criticarle sus acciones de gobierno, entre ellas el crímen político.
Para enrarecerse aún más este convulso panorama, empiezan a sentirse en Cuba los efectos de la crisis financiera estadounidense, cuyos influjos catalizarán, a la postre, la caída presidencial...

En esta portada de la revista KARIKATO, fechada en 10 de diciembre de 1929,  aparecen dos personajes que sostienen un diálogo a propósito del tranvía. El ciudadano vestido de azul pregunta: ¿Por donde pasa este tranvía?, y Karikato, personaje "locuaz" y vestido con la ridiculez propia de un demente condenado a decir siempre la verdad, le responde: !Va de retirada! El sentido del "chiste" está en la leyenda en fondo negro que tiene el tranvía en su frente, y aunque le faltan letras, debe decir "Cooperación", en alusión a la fórmula política machadista, ya en "retirada". El juego de palabras está en que los recorridos del tranvía se clasificaban en "subidas" y "bajadas", según la dirección que seguían en sus itinerarios.
Un periodista y dibujante desbordado de talento refleja en sus caricaturas el sentir popular. Su nombre: Ramón Arroyo Cisneros; pero es más conocido en los medios por Arroyito. Para ello, funda ese mismo año la revista Karikato, un semanario humorístico en el cual, con maestría en el manejo de la sátira política, deviene cronista de su época.
En la portada de esta publicación y para ilustrar el divorcio de Machado con la oposición,  Arroyito dibuja un carro eléctrico del paradero del Príncipe (de ahí la inicial P), aunque el P6 nunca existió (lo cual formaba parte de la broma). Curiosamente el precio del semanario era cinco centavos, la misma tarifa de los tranvías habaneros.
Esta imagen muestra a Arroyito a finales de los años cincuenta, en la redacción de Bohemia. Arroyito fue un distinguido periodista cubano que laboró en muchas de las más conocidas publicaciones de nuestro país, entre ellas El Heraldo y La Semana. Fuera de nuestro país colaboró  en revistas mexicanas, estadounidenses y puertorriqueñas. Dentro de sus trabajos  estuvo la de ser director artístico de la revista Cinelandia, de Hollywood. Vivió hasta el final de sus días en San Juan, Puerto Rico, donde reposan sus restos.
Para terminar esta breve historia de presidentes, tranvías y periodistas, solo me gustaría dejar dos acotaciones de interesante matíz y profético devenir. En el año 1931, producto sobre todo de la difícil situación económica imperante en el país, si hubo un tranvía que fue en retirada, el de Guanabacoa, clausurado tras decisión de su directiva.
La segunda, la manifestación fundamental que terminó con el  machadato en agosto de 1933, -en algún momento de su carrera el presidente llegó a decir que bajo su mando las huelgas no durarían más de veinticuatro horas-, empezó por los transportistas habaneros, entre ellos y con un peso determinante, los trabajadores tranviarios. Nada, cosas de la vida...

Un carro eléctrico transitando por la calzada de Zapata, frente a la estación de policía (aún mantiene esas funciones), muy cercano a la loma del Príncipe. El paradero de igual nombre estaba situado en sus cercanías, en la avenida de Carlos III. La foto data de finales de los años cuarenta, apenas unos años antes del desmantelamiento tranviario en la capital