A modo de preámbulo

Hace apenas seis décadas que los tranvías dejaron de ser el principal medio de transporte público con que contaba La Habana. Entonces unas treinta líneas eran servidas por cientos de carros eléctricos que recorrían diariamente miles de millas por toda la ciudad, enlazando áreas residenciales con parques industriales, hoteles con centros nocturnos, mercados y centros comerciales con escuelas y repartos. La vida iba a la par del tranvía. Paraderos, plantas eléctricas, estaciones y oficinas, eran elementos de un paisaje urbano desgraciadamente llamado a desaparecer...

Todo esto fue el tranvía. Raíles que horadaron calles y avenidas que llegan, inutilizados, a nuestros días, cables aéreos entretejidos en tupida red de cobre y bronce, ruidos y silencios sumergidos en la historia de los barrios y sus habitantes, huella arquitectónica, histórica y cultural reflejo de los ritmos trepidantes de la modernidad...

En esencia, un aval más que suficiente para ser recordados por todo lo que hizo por nuestra ciudad...

lunes, 29 de abril de 2013

El final de los tranvías eléctricos en las caricaturas de la época (2)

Hace aproximadamente un año, presentamos en el blog una caricatura de la revista Zig Zag del año 1950 (20 de marzo de 2012), que se inspiraba en el fin de los tranvías eléctricos y su traspaso a la empresa Autobuses Modernos S.A., y como ello fue recibido por la sociedad habanera. Ahora quisieramos compartir otra gráfica humorística relativa a la crisis tranviaria, esta vez extraida de la revista Tiempo en Cuba, obra del artista cubano Vidal, que nos muestra dos de los males más acuciantes y visibles que atravezaban el sistema tranviario cuyo impacto en la población era decisivo; las demoras e interrupciones del servicio y el mal estado técnico de la infraestructura tecnológica.
El texto dice: "Discúlpame Remigio... Tengo prisa...voy para la oficina y estoy esperando el tranvía". El personaje, en estado de locura, aún piensa subir a un carro eléctrico y llegar a su trabajo. Véase el vagón de tranvía sucio y con "parches", asi como las telarañas en la toma de agua.
Los comentarios sobran. Tal como se reflejaba en la caricatura anterior, la prensa cubana hacía "leña del árbol caído" de un medio de transporte que tanto hizo por la sociedad. No era de extrañar entonces que junto a la crisis real del sistema tranviario habanero se añadiera la crisis insuflada por los periodistas de la época, quizás tan dañina como la primera.
Imagen de la portada de la revista Tiempo en Cuba, fechado el 15 de enero de 1950. Era, como reza debajo de su título, un seminario independiente de información nacional e internacional.