A modo de preámbulo

Hace apenas seis décadas que los tranvías dejaron de ser el principal medio de transporte público con que contaba La Habana. Entonces unas treinta líneas eran servidas por cientos de carros eléctricos que recorrían diariamente miles de millas por toda la ciudad, enlazando áreas residenciales con parques industriales, hoteles con centros nocturnos, mercados y centros comerciales con escuelas y repartos. La vida iba a la par del tranvía. Paraderos, plantas eléctricas, estaciones y oficinas, eran elementos de un paisaje urbano desgraciadamente llamado a desaparecer...

Todo esto fue el tranvía. Raíles que horadaron calles y avenidas que llegan, inutilizados, a nuestros días, cables aéreos entretejidos en tupida red de cobre y bronce, ruidos y silencios sumergidos en la historia de los barrios y sus habitantes, huella arquitectónica, histórica y cultural reflejo de los ritmos trepidantes de la modernidad...

En esencia, un aval más que suficiente para ser recordados por todo lo que hizo por nuestra ciudad...

martes, 29 de julio de 2014

Publicidad sobre ruedas: cervezas, tabacos y tranvías...

En los primeros años de la República la empresa estadounidense Havana Electric Railway and Company, la companía a cargo de la administración del sistema tranviario habanero, recibió permiso del Ayuntamiento para promocionar marcas comerciales en las carrocerías de sus vagones. Prestigiosas empresas cubanas y extranjeras de la época comenzaron a pagar por ver sus nombres, aportando en colorido y simbolismo al hasta entonces monótono cromatismo de los carros eléctricos...

Los tranvías habaneros fueron vallas publicitarias que llegaban prácticamente a todos los confines de la ciudad urbanizada. Dentro del muestrario comercial exhibido a los cuatro vientos (o mejor, a las cuatro calzadas) por los carros eléctricos las bebidas eran las más populares, con anuncios de la Hatuey, La Polar, Cristal, Canada Dry, Iron Beer y La Campana, entre otras. Cada una tenía sus propios sloganes respectivos, tales como "Hatuey bien fría, la jacarandosa", "La Polar, una cerveza redonda por los cuatro costados", "La Cristal, clara, ligera y sabrosa, ahora con su meneito" e "Ironbeer o no beber".
"PARE, TOME COCA COLA", lleva el carro 561 en el fondo del vagón. La frase encierra un doble sentido, pues sirve de alerta de tránsito a los demás vehículos que circulaban por las calles de la ciudad y además "juega" con la publicidad de la Coca Cola en esa época, uno de cuyo slogan era "La pausa que refresca".
"TOME HATUEY", Hatuey, cerveza creada en Santiago de Cuba por el Dr. Eduardo Chibás, padre del líder del Partido Ortodoxo de igual nombre, fue una de las preferidas en nuestro país. Aqui vemos un tranvía en los alrededores del Hotel Nacional, muy cercano al Malecón habanero llevando orgulloso esta valla publicitaria.
"TOME CANADA DRY", una marcas canadienese en su orígen de amplia demanda en Cuba, sobre todo durante los años de la "Ley Seca" estadounidense. Era muy común ver los carros eléctricos portando esta marca. 
Con respecto a los cigarros y tabacos, fueron también "muy populares entre los tranvías", aunque curiosamente existían regulaciones más o menos seguidas sobre no fumar en el interior de los carros. En ese sentido cabe señalar marcas comerciales presentes en anuncios como "Partagás, el cigarro que gusta más", "Trinidad y Hno, pruebe y compare", "Tabacos H. Upmann: Ah! de mi padre lo aprendí", "Edén con tabaco tostado, cambia cambia cambia, cambia para Edén" y "Cigarros Gener: Gener con filtro, que maravilla, a diez centavos la cajetilla".

"FUMO SUPERFINOS ROYAL", Superfinos Royal, otro de los cigarillos de preferencia en Cuba, ahora en esta bella y rara fotografía a color de un tranvía, el 461, otro del parque de más de 600 tranvías que tenía la capital
"FUME TABACOS EL CREDITO BREVAS", nos anuncia un carro eléctrico mientras circula apaciblemente por la calle Merced, en el corazón de la Habana Vieja.
Por último, queremos mencionar otras nomenclaturas empresariales perteneciente al mundo del comercio minorista, la alimentación y los muebles. En estos caos podían encontrarse ejemplos como "Aceite Oliveite, es un deleite" y "Oliveite, sabe a lo que huele, huele a lo que sabe y sabe y huele a gloria" y otros como"Aceite Olipuro, sacándole el aceite a la aceituna, Sra Ama de casa pruebe el aceite Olipuro que bueno es, que rico es, el Olipuro que bueno es". En muebles habían esloganes tan llamativos como "Muebleria Pratts, Dos sillones de portal por un peso semanal" y "Orbay y Cerrato, De la fábrica al hogar".
En fin, todo un universo publicitario sobre ruedas, y te montabas en el tranvía aunque no te gustara la cerveza...
"OLIVEITE ES UN DELEITE", reza en su carrocaría el 622, de la línea Miramar - Parque Central, dejándonos ver las virtudes culinarias de este aceite de oliva español tan popular en nuestro país en los tiempos del tranvía.
"DE LA FABRICA AL HOGAR, ORBAY Y CERRATO", nos dice el tranvía eléctrico 630. Esta fue una reconocida marca y fábrica de muebles de La Habana radicada en Infanta y San Martín.