A modo de preámbulo

Hace apenas seis décadas que los tranvías dejaron de ser el principal medio de transporte público con que contaba La Habana. Entonces unas treinta líneas eran servidas por cientos de carros eléctricos que recorrían diariamente miles de millas por toda la ciudad, enlazando áreas residenciales con parques industriales, hoteles con centros nocturnos, mercados y centros comerciales con escuelas y repartos. La vida iba a la par del tranvía. Paraderos, plantas eléctricas, estaciones y oficinas, eran elementos de un paisaje urbano desgraciadamente llamado a desaparecer...

Todo esto fue el tranvía. Raíles que horadaron calles y avenidas que llegan, inutilizados, a nuestros días, cables aéreos entretejidos en tupida red de cobre y bronce, ruidos y silencios sumergidos en la historia de los barrios y sus habitantes, huella arquitectónica, histórica y cultural reflejo de los ritmos trepidantes de la modernidad...

En esencia, un aval más que suficiente para ser recordados por todo lo que hizo por nuestra ciudad...

miércoles, 25 de junio de 2014

¿Dónde vives Cristina? - !...En un tranvía!

En las cercanías de la calzada de Jesús del Monte, una calle, Cristina -en honor a una Reina, María Cristina, casada en el año 1829 con Fernando VII-, se adentra en los inmediatos barrios de la Víbora y Lawton. Según el historiador Manuel Pérez Beato, todo el espacio que recorría esa calzada era una marisma que se fue secando mediante canales y que existía un puente, el de Chavez, por debajo del cual existía un arroyo que desembocaba en la bahía. Por su importancia para la circulación de la ciudad, Cristina fue utilizada por el Ferrocarril Urbano de La Habana, el tranvía de "sangre", para unir la ciudad amurallada con el extramuros barrio de Jesús del Monte.

En esta postal de principios del siglo XX puede observarse detalles tan importantes relativos a la calle Cristina como el edificio que servía de estación del Ferrocarril del Oeste (hacia Pinar del Río), a la izquierda, y el tendido eléctrico sobre las vías tranviarias que se adentraban en el actual municipio capitalino de 10 de Octubre. Detrás de las edificaciones de la derecha se ubicaba el Matadero.
Saliendo de la ciudad intramuros, una calzada, Vives - en honor a un Capitán General-, se cruza con Cristina. Comienza en Revillagigedo y termina en Belascoaín. Refiere José María de la Torre en su obra Lo que fuimos y lo que somos, La Habana antigua y moderna que la calzada de Vives toma su nombre porque fue construida bajo el mandato del Capitán General Dionisio Vives después del voraz incendio que azotó el barrio de Jesús María en el año 1828. Vives (la calle, no el político) a partir de la segunda mitad del siglo XIX conoció una urbanización sin precendentes motivada en buena medida con el paso del tranvía.Tal fue así que numerosos comercios abrieron sus puertas en dicha calzada y llegó a ser muy transitada además por coches y peatones, aunque nunca tanto como Monte.
Fragmento de un plano de La Habana y sus líneas tranviarias (señaladas en rojo), del año 1907, donde puede verse la intersección de Vives con Cristina. Las líneas de Monte iban para el Cerro, las de Cristina para Jesús del Monte. Pueden verse también el Castillo de Atarés, las líneas ferroviarias de la Estación de Cristina y el Matadero Municipial, cercano al llamado Puente de Chavez, en los espacios circundantes al actual Mercado de los Cuatro Caminos.
En fin de la circulación tranviaria en los años cincuenta del pasado siglo detuvo la jerarquía vial de Vives, hoy en día avenida venida a menos pues no cuenta con ninguna línea de transporte público. Cristina por su parte si permane abierta al tráfico vehicular con volúmenes considerables de ómnibuses y carros de alquiler. Parece ser que en Cuba si de transporte se trata, es mejor ser "capitán que soldado", Rey que Capitán General...

Intersección de las calzadas de Vives y Cristina (hoy avenida de México), donde ocurría una importante confluencia de líneas tranviarias en ambos sentidos. A la izquierda, detrás, puede verse el Mercado de los Cuatro Caminos.