A modo de preámbulo

Hace apenas seis décadas que los tranvías dejaron de ser el principal medio de transporte público con que contaba La Habana. Entonces unas treinta líneas eran servidas por cientos de carros eléctricos que recorrían diariamente miles de millas por toda la ciudad, enlazando áreas residenciales con parques industriales, hoteles con centros nocturnos, mercados y centros comerciales con escuelas y repartos. La vida iba a la par del tranvía. Paraderos, plantas eléctricas, estaciones y oficinas, eran elementos de un paisaje urbano desgraciadamente llamado a desaparecer...

Todo esto fue el tranvía. Raíles que horadaron calles y avenidas que llegan, inutilizados, a nuestros días, cables aéreos entretejidos en tupida red de cobre y bronce, ruidos y silencios sumergidos en la historia de los barrios y sus habitantes, huella arquitectónica, histórica y cultural reflejo de los ritmos trepidantes de la modernidad...

En esencia, un aval más que suficiente para ser recordados por todo lo que hizo por nuestra ciudad...

viernes, 22 de junio de 2012

El sindicato de la empresa de los tranvías de La Habana

La organización de los obreros tranviarios en La Habana se remonta a los primeros años del siglo XX, cuando la Havana Electric Railway and Company (HER), acorde a la expansión de sus recorridos por toda la ciudad, comenzó a contratar cada vez más trabajadores, sobre todo motoristas y conductores, y éstos sintieron la necesidad de protección gremial. Por ello las sociedades de ayuda mutua fueron las primeras organizaciones en velar por los intereses de los trabajadores del ramo, creadas a partir del año 1905.
Estas primeras asociaciones tenían poderes limitados. En sus inicios eran instituciones a las cuales los trabajadores se afiliaban y con el pago de una cuota mensual podían obtener privilegios como subsidios económicos en casos de enfermedad y otros beneficios de naturaleza semejante. Eran llamadas "sociedades de recreo" y algunas de ellas llegaron a contar con médicos y abogados en su plantilla para socorrer a sus afiliados dada la necesidad de hacer valer determinados derechos ante los directivos de la HER. 
Los sindicatos tranviarios comenzaron a ser más activos en la tercera década del siglo, cuando comenzaron a organizar huelgas y manifestaciones contra el gobierno de Machado (1924 - 1933), acciones que aceleraron su caída en agosto del año 1933.
 
Pin del sindicato tranviario de La Habana. Tiene estampado un vagón de tranvía con las letras H y E, que significan Havana Electric (Havana Electric Railway and Company). Debajo dice Habana, para diferenciarlo de los sindicatos de Camaguey y Santiago de Cuba, provincias cubanas cuyo servicio de tranvías también perteneció a la Havana Electric.
Con el paso de los años el sindicato se mantuvo defendiendo la posición de sus afiliados, con no pocos hechos en su haber. Un año antes de la disolución de la empresa Nicolás Guillén publicó en el periódico Hoy, del 19 de enero de 1949, una décima inspirada en una rebaja de salarios que quisieron imponerle al gremio y su repulsa a Cofiño, dirigente entreguista de la Confederación de Trabajadores de Cuba (CTC)

Dispuesto a caer entero
si ello fuera necesario
dice el obrero tranviario
que de la rebaja ¡cero!
Cofiño, que es traicionero
quiso agarrar los controles
mas le gritaron ¡bemoles!
aquí no manda un ratón
¡es mucha tu pretensión,
y no te alcanzan los troles!

Aún queda mucho por escribir sobre el movimiento sindical al interior de la HER, una empresa que en sus mejores tiempos llegó a tener más de 3 500 trabajadores, que crearon numerosas asociaciones de ayuda mutua y que tuvieron un gran peso dentro del movimiento obrero cubano.