A modo de preámbulo

Hace apenas seis décadas que los tranvías dejaron de ser el principal medio de transporte público con que contaba La Habana. Entonces unas treinta líneas eran servidas por cientos de carros eléctricos que recorrían diariamente miles de millas por toda la ciudad, enlazando áreas residenciales con parques industriales, hoteles con centros nocturnos, mercados y centros comerciales con escuelas y repartos. La vida iba a la par del tranvía. Paraderos, plantas eléctricas, estaciones y oficinas, eran elementos de un paisaje urbano desgraciadamente llamado a desaparecer...

Todo esto fue el tranvía. Raíles que horadaron calles y avenidas que llegan, inutilizados, a nuestros días, cables aéreos entretejidos en tupida red de cobre y bronce, ruidos y silencios sumergidos en la historia de los barrios y sus habitantes, huella arquitectónica, histórica y cultural reflejo de los ritmos trepidantes de la modernidad...

En esencia, un aval más que suficiente para ser recordados por todo lo que hizo por nuestra ciudad...

martes, 1 de noviembre de 2011

Imágenes del tranvía eléctrico (5)

Dos carros de tranvías se cruzan sobre el puente del río Almendares, tomando la avenida 23 como vía de enlace entre el reparto Kohly y la estación del Carmelo, en el Vedado. Las dos pequeñas carrileras dejadas a los demás tipos de transporte eran insuficientes para la circulación diaria; el puente era una especie de "cuello de botella" y no eran pocas las quejas de las empresas de autobuses y de los transportistas privados acerca del asunto. Pero los tranvías tenían la prioridad. Los derechos de la  Havana Electric Railway and Company (HER) sobre el puente Almendares se remontaban a los primeros años del siglo XX, cuando tras la construcción de esta magnífica obra de la ingenieria civil republicana, y siendo gobernador el malogrado coronel del Ejército Libertador Ernesto Asbert-, se logró un acuerdo con Frank Steinhart, director de la HER y amigo personal de Asbert, para mantener el puente en buenas condiciones técnicas, -iluminación, estado constructivo-, a cambio del derecho a poseer una doble vía para los carros eléctricos. El ventajoso contrato sobrevivió a las demás administraciones habaneras que le precedieron y se mantuvo hasta principios de la década de los cincuenta, al ser retiradas definitivamente las líneas tranviarias. Al final, entre los dos vagones, se encontraba el entonces edificio sede del BRAC (Buró de Represión a las Actividades Comunistas), desaparecido con el triunfo de la Revolución en el año 1959.

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