A modo de preámbulo

Hace apenas seis décadas que los tranvías dejaron de ser el principal medio de transporte público con que contaba La Habana. Entonces unas treinta líneas eran servidas por cientos de carros eléctricos que recorrían diariamente miles de millas por toda la ciudad, enlazando áreas residenciales con parques industriales, hoteles con centros nocturnos, mercados y centros comerciales con escuelas y repartos. La vida iba a la par del tranvía. Paraderos, plantas eléctricas, estaciones y oficinas, eran elementos de un paisaje urbano desgraciadamente llamado a desaparecer...

Todo esto fue el tranvía. Raíles que horadaron calles y avenidas que llegan, inutilizados, a nuestros días, cables aéreos entretejidos en tupida red de cobre y bronce, ruidos y silencios sumergidos en la historia de los barrios y sus habitantes, huella arquitectónica, histórica y cultural reflejo de los ritmos trepidantes de la modernidad...

En esencia, un aval más que suficiente para ser recordados por todo lo que hizo por nuestra ciudad...

viernes, 9 de septiembre de 2011

La poesía en el tranvía


Rosario Sansores, poetisa mexicana de prolongada residencia habanera durante las décadas de los años veinte y treinta del siglo XX, dejó muchas muestras de su fina sensibilidad lírica en numerosas publicaciones de la época. Esta composición, recopilada por Ángel Augier en su libro Poesía de la ciudad, data de 1929, cuando aún los tranvías, al decir de Augier, eran parte ambulatoria de La Habana:

LA CIUDAD VIEJA
Bajo este sol que abrasa lo mismo que una hoguera,
por la ciudad ambulo, pálida y distraída,
pretendiendo aturdirme para olvidar mi vida,
porque una larga sombra me persigue ligera.

Doblo por una calle. Tiene estrecha la acera
y el tranvía me roza con su fuerte chirrido;
esta ciudad antigua con su polvo de olvido
me hace evocar la España, loca y aventurera.

Oficios, Amargura, Teniente Rey. La vía
comercial con sus voces de ruda algarabía
y sus zaguanes amplios de gastadas baldosas.
Mientras allá a lo lejos abre el mar su esperanza
y un marinero evoca, viendo la lontananza,
de su novia lejana las pupilas radiosas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario